Si observamos el pasado histórico del Perú, y observamos con humanidad el presente, sigue vigente y latente un gran problema social, que no consigue una política de estado que la erradique.
El deficiente sistema educativo es un mal con raíces enquistadas en la sociedad peruana, que abrazan el pasado, presente y futuro. Y todo a causa de la negligencia histórica de las autoridades competentes para transformar una realidad que causa un grave daño irreversible al desarrollo moderno, y democrático del Perú.
Las zonas vulnerables ubicadas en las tres regiones, irónicamente ricas en naturaleza, en el Perú(costa, sierra, y selva), siguen teniendo como problema social sin solución: al abandonado sistema educativo, tanto en la carencia de docentes cualificados, con cultura general histórica, cívica, ética, además de la ausente infraestructura que brinde seguridad física, emocional, y material didáctico a la niñez y adolescencia.
La educación primaria, y educación secundaria, son quizá la única educación formal que reciben gran parte de la niñez y adolescencia de zonas vulnerables del Perú, durante toda su vida. Sumado a ello que esa única educación que reciben, no es brindada de manera eficiente e integral, por parte de los docentes, que brindan una educación sin bases pedagógicas sólidas que edifiquen una formación con valores, y aptitudes proactivas, además de una preparación cultural mínima para su desarrollo, y proyección de vida digna dentro de la sociedad.
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