Amico

Amico_blogBlanco, erguido, fuerte, imponente, era todo un caballero, tocotoc, tocotoc, tocotoc, ahí estaba, ahí estaba, soltaba mi muñeca de trapo, y salía apresurada para verlo pasar, sobre el llevaba al sacerdote del lugar, yo lo miraba con fina admiración, lo veía pasar y al cruzar nuestras miradas inclinaba su blanco rostro hacia mí, yo le sonreía, y levantaba mi mano hasta verlo asomar por aquella subida que llevaba a la casa parroquial; pasaron los días, ya no escuché el tocotoc, tocotoc, tocotoc, me inclinaba por aquella pared que avizoraba al árido camino para verlo pasar, y solo ví al sacerdote caminar, algo estaba pasando, dejé mi muñeca de trapo y seguí al sacerdote, ingresé a su hermoso huerto, ahí estaba gimiendo, sus ojos tenían lágrimas, toqué sus crines dorados, inclinó su cabeza, me miró suplicando levantarse, era Amico, mi dulce Amico, un caballo hermoso, que ví durante mi niñez, lo ví ahí en el huerto rendido, Amico, ya no se levantó, pero lo ví y acaricié su rostro antes de verlo partir, ay Amico, siempre te veré como todo un caballero, tan blanco como la nieve, ya no con nostalgia, sino con alegría, por ser parte de mi niñez.

Acerca de Flor Jacinto Reinoso

Amar, reír, llorar, aprender, comprender, abrazar, y tan solo amar. Abogada, y apasionada por convertir todo sentimiento en escritura, porque considero que cuando la mano coge la pluma y se posa sobre el papel, es como el ave libre... sin prisa, sin interrupciones, ni censura...
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3 respuestas a Amico

  1. Musa de libros dijo:

    fina escritura. felicidades, desbordé en lágrimas y dulzura al leer su relato

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  2. AVELLANAS dijo:

    Lo que mueve la vida de otros seres, son las experiencias dulces de nuestros semejantes. Felicitaciones, muy grandioso

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  3. FRESIALIS dijo:

    Un lindo relato, me conmovió. Mis felicidades

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