Amanacer

A las cinco de la mañana mi alma se levanta de puntillas y comienza a dar sus primeros pasos. Una fina niebla disuelve la tristeza de mi corazón, y crea como una atmósfera encantada. Las personas que recorren mi alma a esta hora parecen que están hechas de otra sustancia, que pertenecen a un orden de vida fantasmal. Los pajarillos cantores desesperados por el nuevo día me animan, me inclino ávidamente, y sonrió, te vencí nuevamente grita mi ser con un imponente paso, corro la cortina, y veo cruzar a la señora de ojos miel quien con la fuerza de la necesidad arrastra su carreta quien ruje pidiendo ayuda a tanto peso, yo la miro le levanto la mano, ella me espera, yo desciendo, voy a su encuentro me acaricia el rostro con su áspera mano y me dice con sus ojos lo linda que soy, yo la sonrió empuño en su mano lo que en algo puede ayudar su sacrificada vida, ahora su frágil cuerpo que vivió fingiendo ser fuerte, no soportó la farza y se rindió ganando la batalla su espíritu poderoso que ahora la convertió en un ser bello que goza la dicha celestial.